Con la cosmética convencional nos acostumbramos a que nuestros productos duren y puedan utilizarse durante años. Visto desde el lugar dónde nos encontramos ahora, esto nos parece increíble y una auténtica barbaridad, ya que todos los productos cosméticos pierden su eficacia con el paso del tiempo. Incluso estando repletos de conservantes químicos, los principios activos se desvanecen, unas veces porque ya de por sí se incluyen en una muy baja proporción, y otras veces porque la misma base acuosa de las cremas hace que producto se deteriore al entrar en contacto con el oxígeno del aire. ¡Por no hablar de las bacterias que pueden colonizar el producto aunque no nos demos cuenta! Dado que la cosmética bio funciona muy diferente, hoy queremos contaros cómo podemos saber o calcular la duración de los productos y daros indicaciones de cómo conservarlos.
¿Por qué la cosmética natural no se estropea antes?
Los cosméticos naturales y bio no siguen una pauta única en cuanto a fechas de caducidad, ya que cada marca utiliza o no conservantes que, a su vez, pueden ser de diversos tipos. Pero, por lo general, si un fabricante no indica fecha de caducidad, es que el producto se mantiene en perfectas condiciones hasta un máximo de 2-3 años siempre que no se abra y se conserve de la forma adecuada.
Normalmente, una vez abiertos no duran más de 6 meses, máximo 1 año. ¿Y qué conservantes son los que permiten que un producto natural, bio, sin tóxicos, aguante más que unos días? Porque claro, si no lleva nada… El truco consiste en añadir a las fórmulas un porcentaje de vitamina E o tocopherol de origen natural (cuando es sintética se identifica como dl-alfa-tocopherol en el INCI), aceite de sésamo o de espino amarillo también ricos en esta vitamina, o como máximo algún conservante sem-químico o químico autorizado por los sellos de certificación ecológica: sodium benzoate, potassium sorbate, calcium salicylate, benzyl alcohol). Dependiente el fabricante, utilizará uno de ellos o combinará varios y de ahí resultará la caducidad y la duración del producto. Si el producto no dispone de sello y localizas en el INCI alguno de estos términos (o cualquier que te suene raro), vigila, ¡no es cosmética natural!
Conservantes químicos prohibidos en cosmética natural y ecológica:
- Parabenos: methylparaben, ethylparaben, butylparaben, propylparaben…
- Etanoles: Phenoxyethanol, 2-bromo-nitropropane-2, 3-Diol, Propanediol
- Formaldehido y derivados : Formaldehide, Aldioxa, Alcloxa, Allantoin, DMDM Hydantoin, MDM Hydantoin, Diazolidinyl Urea, Imidazolidinyl Urea
- Otros compuestos: Methylchloroisothiazolinone, Methyldibromo Glutarinitrile, Iodopropynyl Buthylcarbamate, Chloroxylenol, Chlorphenesin
¡Mima tus cosméticos bio, ellos lo hacen!
Aunque, como hemos visto, la cosmética natural también emplea ciertos ingredientes para alargar la duración y la caducidad de los productos, algunas veces nos encontramos ante un producto tan puro y tan delicado (muchas veces sin apenas o sin conservantes) que es necesario tomar ciertas precauciones. Algunas de ellas son básicas, pero es muy fácil pasarlas por alto:
- Evita almacenarlos en lugares con cambios bruscos de temperatura y sobre todo, con exceso de calor y de humedad. Especialmente para los productos faciales, el baño debería ser el último lugar donde los guardes una vez abiertos, excepto que dispongas de un armarito que aísle de forma eficaz la temperatura, o que tu bañera o ducha estén situadas en otro cuarto. ¿Y qué pasa con los geles y los champús? Bien, este tipo de productos de higiene ya están formulados con algún conservante autorizado e inocuo, como puede ser el potasio sórbico.
- Tampoco debe darles la luz directa, ya que están formulados con aceites puros que pueden perder propiedades y enranciarse si reciben excesiva luz. En el caso de los aceites faciales, corporales o de masaje puros y biológicos, suelen venir en un envase de cristal opaco para evitar esto. Si los tuyos no vienen así (normalmente porque incluyen vitamina E para conservarse) es importantísimo que los guardes a oscuras.
- Asegúrate de cerrarlos bien cada vez que los utilices y, por qué no decirlo, empieza un nuevo producto solamente cuando hayas acabado otro del mismo tipo.
- Fíjate en la fecha de caducidad fijada por el fabricante o, si no la tiene, el tiempo recomendado de consumo una vez abierto. También puedes (si ya eres experta :P) identificar en el INCI los conservantes que emplea y determinar, más o menos, la vida útil del producto.
Esperamos que esta información te haya sido útil para entender por qué y cómo la cosmética natural puede estar mucho tiempo a tu lado. Ya sabes, cuídate, ¡y cuídala!
¡Qué post más útil e interesante!
Afortunadamente, cada vez son más las personas que apuestan por cosmética natural. No obstante, esta no sólo ofrece mayores beneficios que los productos convencionales, sino que guarda diferencias respecto al mantenimiento y la caducidad. Nosotros recomendamos tener muy en cuenta lo comentado en el post para sacarles el mayor provecho a estos artículos.